viernes, septiembre 30, 2005

Mi fantasma

Durante esta semana, ya es jueves, he sentido un vacío, es una necesidad no satisfecha que el poder adquisitivo no logra suplir.
En el día le hago el quite con las cosas diarias: el trabajo, el té de la mañana y el de media mañana, los compañeros de trabajo y sus historias, un que otro cigarrillo, tus llamadas, los niños, la casa, la comida, tus llamadas, en fin, el día pasa y yo creo que mi vacío ha desaparecido.
Pero llega la noche, los niños duermen y mi cama es grande y el vacío, como un fantasma casi tangible, se instala a sus anchas a mi lado. Leo un rato para no sentirlo, sin embargo ahí está, como burlándose y me mueve las almohadas porque no logro acomodarlas bien, y desde la calle se escuchan personas pasar y me pregunto como sacarlo de la pieza para que se vaya con ellas…
Sigo leyendo y se me acerca y me hiela el brazo, trato de taparme pero otra vez no me acomodo, creo que esto le divierte.
Suena el teléfono y como se que vas a llamar lo tengo al alcance de la mano y le hago un desprecio, mientras espero las palabras mágicas… luego escucho: te amo, buenas noches.
Es triste, el vacío se queda, se acomoda y se duerme a mi lado. Es frío, me despierta varias veces en la noche y en ocasiones me cuesta volver a conciliar el sueño, su aliento lo siento cerca y se burla otra vez, mientras cada vez me enrosco más para buscar el calor de mi cuerpo y poder concentrarlo lejos de este indeseable compañero que no logro extirpar.
Seguramente está noche será igual, a menos que hoy me acompañes a dormir…


Hoy viernes…
Mi fantasma sigue conmigo y me espera en casa.

miércoles, septiembre 28, 2005

Palabras

Hace tiempo que vengo siendo atormentada por algunas palabras que interrumpen hasta mis pensamientos más cándidos.
Si bien es cierto que la Culpa (Causa, responsabilidad) que siento, al principio me dolía mucho y me hacía llorar con bastante frecuencia. Hoy la he asumido como tal, como la responsabilidad que tengo en los hechos y ya no como la destructora, malvada, villana, canalla, egoísta, etc., etc. de un mal sueño. Tampoco se trata de pasar de Cruela D’evil a La Bella Durmiente en un abrir y cerrar de ojos, pero si con mis sentidos bien puestos para asumir las consecuencias, aunque para ser franca me da miedo… mucho miedo.
Sin embargo me consuela mi Dignidad (Respeto por si mismo) y la que me merecen los demás, creo que lo estoy haciendo con la mayor transparencia que las circunstancias me permiten. Está claro que las mentiras son una bola de nieve y que tarde o temprano se derriten a la luz de los hechos, es por eso que he tratado de minimizar esta bola contando “la verdad”, que no es lo mismo que “mi verdad” o la que a mi me gustaría que fuera, a aquellos que me quieren y que les importo lo suficiente como para escuchar mi triller.
Por tal razón creo que he actuado como a la defensiva y no a la agresiva, he adoptado una opción más bien pacífica y paciente, de espera y de acato a las decisiones de otros, tal vez esa es la forma que asumo mi culpa, aunque han habido ocasiones que he estallado y la paciencia se me ha ido la cresta y siento rabia y también lloro acompañado de la pregunta cliché: ¿por qué me pasa esto a mi?
Lo extraño de todo esto, en realidad entre tantas cosas extrañas que han ocurrido, hay un detalle que aún me cuesta entender, en un momento me expuse como novillo en matadero, me sentí Valiente (Que tiene arrogancia, osadía), aunque tenía el estómago hecho bolsa, podían haberme insultado, golpeado, atropellado, estaba a merced del enemigo, sin ningún arma ni escudo, tenía todas las de perder y dispuesta a perder o más bien a perderlo…, y lo único que logré fue ser testigo de “la verdad”, no gané ni perdí nada pero volví a sentirme valiente. En realidad si gané, gané que me tildaran de Astuta (Hábil para engañar o evitar el engaño) ¿?. Definitivamente no entiendo, me expongo física y psíquicamente y quedo como “astuta”??, pero si estaba muerta de miedo!!!!. A veces el enemigo es incomprensible, o bien voy a terminar por creer eso de que la mujeres somos extrañas, nótese: el enemigo también es mujer.
Al menos estoy tranquila porque creo que la Víctima (Persona que padece por culpa ajena) principal de todo esto tiene tanta o más culpa que yo.
Es increíble pero mi dignidad me ayudó a ser valiente para afrontar la culpa que padece mi víctima, y lo que es mejor: mi dignidad me ayuda a ser valiente para sobreponerme a la culpa del enemigo y no sentirme tan víctima. Aunque en ningún caso me siento astuta…

martes, septiembre 06, 2005

Coincidencias


Hace muchos años, en esos años en que aún te enviaban dinero, en que si carreteaste un día de semana no importaba mucho si te levantabas o no, en esos años que los horarios eran totalmente modificables, en que los amigos son tu familia y por lo tanto lo más importante, pertenecí a un grupo limitado, exclusivo, en realidad éramos nosotros nada más y a pesar de que nuestra participación no tenía un fin de lucro, ni de altruismo, ni político, ni social era primordial identificarse con un seudónimo.
Tarea bastante compleja porque había que dar razones amplias para que el nuevo nombre fuera aceptado.
Después de mucho escudriñar en mi memoria que no tiene fama de ser muy prodigiosa, lo encontré, calzaba perfecto conmigo:
Era simple, fácil de recordar, representaba la creatividad y testarudez para encontrar soluciones y la facilidad que me acompaña siempre de meter las patas… y a veces de salir de los líos ilesa.
Ese nombre fue Lulú.
Hoy ya van muchos más de 10 años de aquella misteriosa sociedad, y desde hace un par de meses mi hija que aún está aprendiendo a hablar se ha autodenominado Lulú. Eso trajo a mi memoria episodios de aquella hermosa y cervezeada época, por lo que no intenté corregirla en su autodenominación, más bien me agrada mucho, creo que también ese nombre la identifica a ella, en realidad nos identifica a ambas.

P.S., mi amiga de esa época se justificó así: yo soy su mejor amiga, por lo tanto la mejor amiga de Lulú es Anita, y fue aceptada como Anita…, nadie sabe para quien trabaja!!