lunes, julio 22, 2013

Y yo también?


Hace unos días los hijos de un candidato a la presidencia anunciaron el retiro de su padre por un cuadro de depresión.

El descalabro político que generó tamaña noticia dio para horas de comentarios, entrevistas y opiniones en todos los informativos. Y lo que repetían los actores políticos al unísono era el apoyo casi incondicional al enfermo y su familia, deseos de pronta recuperación y el tema político en sí (que resulta ser el trabajo de todos estos personajes) quedaba postergado, porque lo que importa era la salud del excandidato. Y las voces más preocupadas se referían a la complejidad y el compromiso de familia: “porque las personas que han tenido a un familiar o amigo con esta enfermedad saben lo difícil que es…”

Con esta afirmación se me vienen dos reflexiones:

1.       Cuando alguien en el trabajo presenta un cuadro de depresión, no son precisamente palabras de comprensión y de pronta recuperación las que decimos y escuchamos, por el contrario, emitimos juicios en contra del enfermo: “se consiguió la licencia para no trabajar”, “ahora va a trabajar en forma paralela en otra actividad”, “éstas son unas vacaciones que se tomará”. Son los menos los que efectivamente hacen causa común con la persona que presenta la enfermedad, y por supuesto, éstos son los amigos más cercanos.

2.       ¿Quién de mis cercanos ha tenido depresión? Creo que mi memoria una vez más me traiciona… ¿quién?, ¿quién?, ..Yo! si yo!, yo tuve depresión hace algunos años:

“Luego de la separación con el fiambre, el alivio que vivimos todos en casa fue general, se terminaron los llantos, el susto, los gritos y las malas palabras, entre otras cosas. La rutina y los horarios del trabajo y de la escuela ayudaron mucho a enfrentar esa nueva vida mis hijos, Gloria (la que era mi nana) y yo. A los dos años de ese hecho empecé con insomnio grave, durmiendo 1 o 2 horas diarias, mi cuerpo empezó a trastornar, subí mas de 12 kilos en 2 meses y luego bajé 8 kilos en 2 semanas, todo esto comiendo lo mismo y fumando mucho. Pero lo que gatilló la visita al doctor fue el desánimo, no quería levantarme (yo lo atribuía a que no dormía), sentía que mi trabajo era inútil, que mis hijos crecían sin mi porque yo estaba en el trabajo, sentía que en cualquier momento podía morir y mis hijos se quedarían solos y en el peor de los casos se tendrían que ir a vivir con el papá y era la partida de él lo que nos había traído la paz… era un pensar y pensar de cosas negativas, de no ver salida… comenzaron las antidepresivos y las pastillas para dormir. Los antidepresivos me mareaban y me daban náuseas, así que a poco andar los dejé. Las pastillas para dormir me acompañaron mucho tiempo y cuando las dosis aumentaron las dejé, esa fue otra batalla. Hasta que me fui de vacaciones. No se dónde, ya no recuerdo, pero el hacerme cargo de los niños sin la rutina de todos los días, sobreponerme a estar fuera de casa, lejos de los que siempre me brindaron apoyo, hizo que reaccionara, que me diera cuenta que yo podía sola con los niños y que mi vida era distinta y que mi familia ahora eran mis hijos y yo. Eso duró casi un año”.

Y es verdad, la depresión está muy cerca de nosotros y nuestro remedio es la familia y los cercanos que te apoyan, y aunque a veces se está sin ellos es difícil, pero se puede.

 
Lo bueno será que después de este debacle político que causó el excandidato, la depresión se considere  como una enfermedad y no una excusa para dejar de hacer o de flojear, porque todos podemos estar a las puertas de ésta enfermedad.

lunes, junio 10, 2013

y ahora es Amy...


Cuando dicen que nadie te enseña a ser mamá, resulta una frase conocida, repetida e incluso la has escuchado varias veces antes y después de ser mamá… sin embargo, hoy que tengo la tarea de mamá medio armada con un hijo de 18 años y una niña de 10, me doy cuenta que la frase a repetir es: “tus hijos son distintos, por lo tanto, tienes que tener la capacidad de ser una mamá distinta para cada uno de ellos”.

Ser mamá de Gabriel, en el período escolar, fue fácil, él fue amigo de todos sus compañeros, buen estudiante, con buenas notas, respetuoso de sus profesores, e incluso en la adolescencia sentí que mi hijo experimentó una mezcla de introversión con algo de distracción, pero nada de lo que me pudiera quejar. Y lo más importante de todo, es que él tiene un sentido de la responsabilidad impecable, no necesita la supervisión de nadie al momento de realizar sus labores escolares, y si necesitaba ayuda la pedía. Tan simple como eso. Por lo tanto, creí que con Amanda sería muy similar y… debo admitirlo, la dejé sola en muchos momentos y no me di cuenta que me necesitaba…

Pero ahora he tenido que afrontar un episodio complejo con mi hija por el asunto escolar. Ella siempre obtuvo buenas notas, a ella le conseguían los cuadernos los compañeros para ponerse al día… y ahora mi hija ha obtenido malos resultados, cuadernos incompletos, falta de criterio al responder las pruebas… es como para decir: "Hey! Me la cambiaron, quiero a mi hija de vuelta!!".

Pero no. No me la cambiaron. Es la misma pero ha crecido, y tal vez por eso es que ya no se hace llamar Amanda sino Amy... Y ésta etapa de pre-adolescencia casi impuesta, me complica. Escapa a mi diario vivir.

Desde que estamos solas, mi vida es ella, es mi compañía, mi preocupación, mi despertar y mi descansar… todo para que ella esté bien, esté grata y cómoda, pero aun así el resultado fue malo. Y en mi desesperación por arreglar o mejorar este descalabro recurrí al castigo: no computador, no televisión, estudiar donde la pueda ver (casi vigilar), y lo que más le dolió: sin teléfono… lloró por su teléfono y también cuando le dije que yo lo daba todo por ella y no le importaba.

Resultado: ya ha rendido 2 pruebas y ha mejorado… y lo mejor de todo es que le ha tomado el peso a la situación, se ha dado cuenta que estudiando puede rendir bien y que no le cuesta, y por sobretodo que cuenta conmigo.

Y dándole una segunda mirada, ha cambiado, está más comunicativa, de mejor ánimo y más amorosa, no es un cambio radical, ella sigue con su intento de independencia, pero ya no contesta por lo tanto discutimos menos, ahora pasamos más tiempo juntas y ella menos conectada al ciber espacio. En definitiva un cambio positivo para las dos.

No se si quiero que crezca, no se si es estoy preparada, tal vez saber que ya no es una niñita y la disfruté muy poco, tal vez la culpa por no haberlos mimado lo suficiente… no sé, pero no quiero perder lo que hemos avanzado estas últimas semanas.






martes, junio 04, 2013

Reflotando...



Mi memoria nunca ha sido buena, tengo problemas para recordar cifras, fechas, números de teléfonos, nombres de calles, en fin de todo un poco. Al extremo que siempre me ha ido mejor con la lógica que con la memoria.

Y dentro de la falta de memoria en mi vida, es que por alguna razón tal vez no muy grata, no tengo recuerdos de mi infancia. Lo que tengo son muy pocas imágenes y lo que he reconstruido a partir de lo que mi familia y mis amigos comentan, por lo tanto es muy complejo cuando me dicen: ¿te acuerdas? Y es difícil explicar que no… En el mejor de los casos me cuentan la historia completa y en el peor me miran incrédulos.
Por otro lado, mi amiga Lilian me recuerda cosas que olvido como por voluntad, o sea, recuerdo lo que quiero recordar y anulo lo desagradable… Entiendo que mi mente bloquea algunas situaciones como una forma de protegerme a mi misma.

Sin embargo, mi vida va bien, voy tranquila por la vida, con las preocupaciones normales de mis hijos, las responsabilidades de la familia, el trabajo y de la casa, sin que mi memoria afecte mi día a día.

Pero lo que yo quisiera olvidar y deje de hacerme daño, reflota cada cierto tiempo, y a pesar de que el tiempo ha pasado, de que derramé demasiadas lágrimas, de que he aclarado situaciones y sincerarme con el mundo y conmigo misma, no logro dejar de sentir culpa. Culpa por el daño que hice sin pretender hacerlo, por no haber distinguido el espejismo de la realidad y por sobretodo darme cuenta que esa fue la época en que más amor entregué y creí recibir. Me duele escribir esto…  aún me duele, porque la culpa es mía, creo que de nadie más.
Y cada vez que este dolor aflora, por las circunstancias que sean, trae consigo la vergüenza, que es lo que me impide dar el paso hacia a adelante y enterrar el pasado. Además de la traba que puede significar en mi relación de pareja actual o futura.


Quisiera superarlo, pero no sé cómo, no sé si hay algo más por hacer, porque en mi desesperación creo haber hecho todo lo que estaba en mis manos.



Mientras tanto seguiré esperando a que el tiempo cumpla su función erosiva con mis recuerdos y si reflota otra vez, me duela menos.

miércoles, mayo 22, 2013

Cumpleaños


Este mes ha sido en particular ajetreado: vendí mi auto rojito, anduve pechando auto por dos semanas, hablé con mi papá sobre un tema que me tenía bastante intranquila y claro… los cumpleaños.

El miércoles pasado estuve de cumpleaños, el sábado mi hijo y ayer mi mamá… claramente mayo es un mes donde hay 2 factores que se repiten: las tortas y los regalos, no olvidar que además está el día de la madre así que ahí hay otra torta más y más regalos…

Sin embargo, este año en especial hay algo que me sobresaltó. Mi mamá dijo en broma (o yo creí que era broma): ya me quedan 7 años nada más y me voy.

Sentí una tristeza tan grande… como si fuese un plazo voluntario y sin prórroga. Lo único que le dije entre lágrimas fue que No, que me hace mucha falta y que la necesito conmigo.

Mi familia no es muy normal que digamos… bueno creo que muchas familias escapan a la que muestran en televisión. En la mía en particular los besos y lo abrazos no es muy frecuente, al menos no cuando yo era niña y creo que beso y expreso más cariño con más frecuencia a mis papás ahora que antes. Y al igual que muchas familias, mi papá es quien toma las decisiones importantes y ahora que mi hermano y yo ya somos mayores es a él a quien le pedimos consejo y ayuda cuando las cosas toman un ribete de importancia.

Pero mi mamá está ahí, siempre ahí. Cuando tengo pena, cuando tengo rabia, cuando pasan cosas buenas, cuando tengo dudas, todo pasa primero por mi mamá… yo no sé si ella se da cuenta de eso. Cada vez que nos ve que andamos inquietos por algo, ella se da cuenta de inmediato y nos aconseja, nos aguanta las rabietas y también nos consuela y por sobretodo: reza por nosotros.

Mientras pienso en ella, me cuesta sumar los años que tiene, como que no relaciono que yo cumplo y sumo años y ella no. La verdad que a simple vista no parece ser tan mayor… debe ser porque no viste como señora mayor, mi mamá los jeans no se los despinta, es ágil, canta, se ríe, reclama de temas de actualidad y tiene su mundo con otras señoras en la iglesia. Ella no proyecta la imagen de “abuelita”... ella proyecta la imagen de mamá.

Y por lo mismo, siento que siete años más, como dice ella, es muy poco tiempo para que nos deje, para que deje de ser mi mamá.

Edith

PS. Para el día de la madre, falleció la Sra. Lucrecia… a veces creí que le hacía falta una hija y que yo podía haber tomado ese lugar… la extrañaré cuando vuelva al sur.


viernes, noviembre 18, 2011

Besos...


Ayer escuchando la radio comentaban los 30 tipos de besos del Kamasutra y hoy con la intención de informarme entré a el post y llegué al "prestigio de los besos" http://elpost.cl/content/el-prestigio-de-los-besos. En resumen, el tema son los besos...


Para los que me conocen no es novedad que el tema beso es complejo para mi... o sea, yo no soy de las personas que para saludar a Fulano o Merengano tiene que ser de beso... Puaj!!!, no!!. Los besos para mi es una expresión de cariño y yo creo que uno no anda expresando "cariño o afecto" a alguien a quien no conoces o que probablemente esa sea la única vez en la vida que hables con ella.

Para mi los besos que merecen mención son:
 
1.       mi abuela nos daba besos al saludar y su piel era suave y fría, y era rico sentirla y uno esperaba que se repitiera.
 
2.       años atrás, mi hermano era lolo y en una oportunidad dijimos: "más escasos que los besos de Felipe...", a él tampoco le agrada el tema besos, si hasta ahora te saluda o despide con besos y abrazos rápidos, y como ya sabes que son así los tratas de disfrutar en esas fracciones de segundos...
 
3.       cuando mi hijo nació, el pediatra me quitó el maquillaje, perfumes, jabones y un montón de recomendaciones para evitar alguna afección a la piel del niño..., y en una oportunidad en la U, una chica pintá como puerta, le iba a dar el medio beso en su hermosa carita y el NO!!! se escuchó en varios km a la redonda... En fin, el asunto es que cuando él aprendió a dar besos, se acercaba y te baboseaba con una ternura exquisita, así estuviera comiendo o no, lo que implicaba que cada vez que él te besaba había que limpiarse la cara si o si!. Hoy es un lolo que cada cierto tiempo le da por expresarme su amor y se agradece que ya haya aprendido a darlos.
 
4.       no se como comentar cuando vi a mi hijo (al mismo del punto anterior) besar a la polola... me dolió todo, me dió ataque al pelo...  mejor no comentar!!!
 
5.       A mi hija más que darlos a ella le gusta que se los den... además que es cosquillosa así que a veces la atacamos a besos!!
 
6.       mi papá más que besos es de abrazos..., así que te abraza, te da besos y luego te abraza...
 
7.       mi mamá es más fría, pero si no le das besos se queja...
 
8.       con mis amigos, más que besos me gusta abrazarlos, sentirlos, es un tema de piel...
 
9.       cada cierto (largo) tiempo una personita me besa y me da la sensación de "como siempre", como si el tiempo no hubiese pasado...
 
10.    me cargan esos besos que tu pareja te da por obligación... que no sabes si es expresión de: ya, deja de molestar! o: que lata!, mejor que no te den nada!!, a lo que mi expresión aflora con bastante prontitud: "da besos como la gente po'!!!"
 
11.    a mi me gustan los besos sin reloj, con tranquilidad, pero que no sean eternos... no se si me explico...
 
12.    nunca me han dado un tren de los besos...
 

En resumen: besos especiales para gente especial, para el resto de lejitos no más!!