Pensé que las vacaciones me darían otro espíritu, más alegre, con esperanza, con más luz... y en cierta forma así fue, hasta que me enteré que mi proyecto de felicidad al lado del hombre que me enamoré continúa igual, y la desesperanza se vino a acompañarme.
Desde diciembre que me sentía como esas algas del mar que las olas mueven a su antojo, tuve sensaciones buenas, malas, extrañas, tristes y alegres, de todo, pero situaciones que no pasaban por una determinación mía, o sea, aceptaba lo que el día me daba y lo vivía lo mejor posible, pero ahora, siento una gran pena, y es por mi.
Tengo una sensación ya antes vivida, que me está asustando y que se me ha escapado en el pensamiento y lo que es peor: lo he dicho. He repetido las mismas frases que hace mucho tiempo le dije al padre de mis hijos (después de 14 años), y que gatilló en su marcha de la casa.
"yo espero más de ti", eso lo dije porque yo no pido cosas materiales en una relación, pido respeto, tiempo, preocupación, amor, en el fondo pido sentirme que importo y que se la juegan por mi..., y siento que no está ocurriendo. Sin embargo, siempre hay explicaciones, y más explicaciones, y de que sirven las explicaciones si el amor hay que expresarlo, hay que vivirlo y no explicarlo.
"me estas perdiendo", eso lo he pensado cada vez que termina una explicación, cada vez que ocurre algo que alimente este círculo en el cual giramos sin un Norte, sin una salida...
La desesperanza está causando estragos y ha llamado al insomnio que me tiene durmiendo 4 horas promedio esta semana, y he llorado por mi amiga la soledad que se ha traído todas sus maletas a mi casa...
Estoy con eso de DEPRESION, no quiero tomar las pastillas...
Estoy llorando hasta que la pena se me pase, o hasta que nazca una nueva Edith más fuerte, mas valiente...
Mi estómago no quiere nada y las náuseas me causan malestar...
Quiero estar mejor...
Quiero que me quieran.