borrando archivos me encontré con esto:
Cuando era niña le pedía permiso a mi papá, porque uno no se mandaba sola, era niña, podía tener ideas pero él decidía por mi.
Siendo lola le comentaba de mis actividades, con la intención no de pedirle permiso, porque ya era grande, sino de convencerlo de mis buenas ideas (aunque mi poder de convencimiento no siempre dio el resultado esperado). Total igual le dejaba dicho dónde, con quién, los horarios y los lugares respectivos donde me podían encontrar si me necesitaban para algo.
Estando en la universidad, ya toda una joven, le conversaba de mi vida fuera de casa, de las cosas que hacía y dejaba de hacer, pero como él era el cajero automático, las decisiones económicas igual pasaban por su colador…, en realidad el poder adquisitivo de la época no daba para grandes lujos, así que con mayor razón había que pedir asistencia.
Estando casada, antes de tomar cualquier decisión económica importante, hacíamos un pequeño alto para llamar a mi papá y comentarle de nuestras buenas ideas…
Ahora ya adulta-joven, me he dado cuenta que todas mis grandes decisiones han sido tomadas en conjunto con mi papá, mi mamá siempre se entera de todo primero que nadie, pues es con ella con quien preparo las municiones para plantear el tema, pero siempre las decisiones son después del argumento de mi padre. Argumento que siempre tiene una arista que no había (mos) considerado antes…
Y aunque a veces no he quedado del todo conforme, porque básicamente mi idea era mejor y lo testaruda me aflora sin poder controlarlo, se que él me ayuda y apoya para que no me equivoque.
El problema es que con todo esto, el lazo o cordón es tan firme que siento que se entromete más de la cuenta, es cierto que yo recurro a él en el tema financiero y en momentos de CSA (crisis sentimental aguda), pero desde que he vuelto a ser soltera para él también he vuelto a ser lola, se quiere enterar de todo!!
Siendo lola le comentaba de mis actividades, con la intención no de pedirle permiso, porque ya era grande, sino de convencerlo de mis buenas ideas (aunque mi poder de convencimiento no siempre dio el resultado esperado). Total igual le dejaba dicho dónde, con quién, los horarios y los lugares respectivos donde me podían encontrar si me necesitaban para algo.
Estando en la universidad, ya toda una joven, le conversaba de mi vida fuera de casa, de las cosas que hacía y dejaba de hacer, pero como él era el cajero automático, las decisiones económicas igual pasaban por su colador…, en realidad el poder adquisitivo de la época no daba para grandes lujos, así que con mayor razón había que pedir asistencia.
Estando casada, antes de tomar cualquier decisión económica importante, hacíamos un pequeño alto para llamar a mi papá y comentarle de nuestras buenas ideas…
Ahora ya adulta-joven, me he dado cuenta que todas mis grandes decisiones han sido tomadas en conjunto con mi papá, mi mamá siempre se entera de todo primero que nadie, pues es con ella con quien preparo las municiones para plantear el tema, pero siempre las decisiones son después del argumento de mi padre. Argumento que siempre tiene una arista que no había (mos) considerado antes…
Y aunque a veces no he quedado del todo conforme, porque básicamente mi idea era mejor y lo testaruda me aflora sin poder controlarlo, se que él me ayuda y apoya para que no me equivoque.
El problema es que con todo esto, el lazo o cordón es tan firme que siento que se entromete más de la cuenta, es cierto que yo recurro a él en el tema financiero y en momentos de CSA (crisis sentimental aguda), pero desde que he vuelto a ser soltera para él también he vuelto a ser lola, se quiere enterar de todo!!
